El estrés es una parte siempre presente de la vida, que nos afecta de diversas formas e intensidades. A veces puede servir de motivación; sin embargo, el estrés crónico o abrumador puede provocar graves problemas de salud mental, como ansiedad y depresión. ¿Qué es el estrés? Definido como un estado de preocupación o tensión mental desencadenado por circunstancias desafiantes, el estrés es la respuesta natural del organismo que nos impulsa a afrontar amenazas y retos. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico o inmanejable, puede empeorar las condiciones de salud existentes, conducir a una enfermedad mental diagnosticable y provocar mecanismos de afrontamiento perjudiciales, como el abuso de sustancias. «El estrés es muy vago. No es un término clínico o psiquiátrico», dice el Dr. Jacob Samander, psiquiatra colegiado del Centro Médico Familiar Open Door.»En general, el estrés es una respuesta biológica que puede ser positiva o negativa. El estrés bueno puede ayudarte a concentrarte mejor en un examen. El estrés malo afecta a la capacidad de funcionar en el día a día. Es esencial reconocer que el estrés afecta a cada persona de forma diferente. Algunos individuos parecen manejar las situaciones estresantes con facilidad, mientras que otros pueden tener dificultades importantes.» «En esta diferencia», dijo, «influyen factores como los rasgos de personalidad, la educación, la genética y las experiencias vitales». El estrés se produce cuando las circunstancias externas te abruman y afectan a tu capacidad para funcionar. Puedes sentirte más ansioso o deprimido. Puedes tener más dolores de cabeza o de estómago y los médicos no encuentran nada malo». «Buscar ayuda profesional es crucial cuando el estrés empieza a abrumar y a perturbar el funcionamiento cotidiano», afirma Shonny Capodilupo, Directora Superior de Salud Conductual de Open Door. «Reconocer los signos del estrés es el primer paso para abordar su impacto». Integrar los servicios de salud mental con la atención primaria, como se ofrece en Open Door, fomenta la atención integral. Este enfoque holístico hace hincapié en la colaboración entre proveedores para abordar eficazmente las necesidades de los pacientes. «Muchas derivaciones», dijo Capodilupo, «proceden de médicos de atención primaria de Open Door, que ven que sus pacientes luchan contra el estrés de sus vidas. Gracias a la integración de los servicios -salud conductual y atención primaria- podemos abordar a la persona en su totalidad, trabajando en equipo hacia el bienestar.» Al igual que los planes de tratamiento de la diabetes, que pueden incluir medicación, cambios en el estilo de vida y controles periódicos, las estrategias de control del estrés abarcan una serie de intervenciones. «Reconocer que tienes un problema y buscar ayuda es un primer paso fundamental», dice el Dr. Samander. «Recuerda, controlar el estrés es un viaje proactivo que requiere autoconciencia, apoyo de los demás y voluntad de buscar orientación profesional cuando sea necesario.»
La importancia del tratamiento Según los expertos, ignorar el estrés o intentar controlarlo por sí solo puede conducir a un empeoramiento de los síntomas y a posibles consecuencias a largo plazo.
Del mismo modo que la diabetes requiere atención médica especializada, el estrés puede provocar ansiedad, que a menudo requiere la orientación profesional de terapeutas clínicos.
Estos profesionales pueden realizar evaluaciones, identificar los desencadenantes del estrés y desarrollar estrategias personalizadas para mitigar sus efectos.
Al igual que el control de la diabetes, que comienza con la consulta a un profesional sanitario para el diagnóstico y la planificación del tratamiento, abordar el estrés abrumador empieza por reconocer sus signos y buscar la ayuda adecuada. «El estigma que rodea al tratamiento de la salud mental sigue siendo un obstáculo importante para muchas personas que buscan ayuda», afirmó Capodilupo, «lo que subraya la importancia de abordar este estigma y promover una actitud más comprensiva y solidaria hacia los problemas de salud mental. A pesar de los avances en la concienciación sobre la salud mental, el estigma persiste e impide a muchas personas buscar el tratamiento que necesitan.»
Para combatir este estigma, la educación y la sensibilización desempeñan un papel crucial.
Los profesionales de la salud mental como Capodilupo insisten en la necesidad de desmitificar los problemas de salud mental, educar al público sobre su prevalencia e impacto y promover una comprensión más empática de estas afecciones.
La analogía con un problema de salud física es una herramienta poderosa en este proceso educativo.
Del mismo modo que una persona buscaría atención médica para una dolencia física que afecta a su bienestar, es igualmente importante abordar los problemas de salud mental con prontitud y sin vergüenza.
Los problemas de salud mental son reales, tratables y merecen el mismo nivel de cuidado y atención que las dolencias físicas.
Muchos problemas de salud mental, dice, pueden tratarse eficazmente con intervenciones a corto plazo, asesoramiento o terapia.
Comprender que el tratamiento no siempre implica un compromiso de por vida puede aliviar los temores y animar a más personas a buscar ayuda cuando la necesiten.
«Desde la perspectiva de un terapeuta, identificamos esas pautas y creencias y cómo influyen en tu comportamiento. Buscamos estrategias para abordar e interrumpir la forma negativa en que te estás adaptando y crear formas positivas que permitan reacciones y comportamientos más sanos y adaptativos», dice Capodilupo.
«Así, en lugar de gritar a tu mujer o a tus hijos cuando entras por la puerta cuando estás abrumado tras un día estresante en el trabajo, quizá te sientes en el coche dos minutos, o des una vuelta a la manzana, cuando llegues a casa. Es importante encontrar tu espacio de transición antes de cruzar la puerta, sabiendo que dentro puede haber el ruido y el caos de una familia activa. Aprendes a prestar atención a las señales que te permiten alejarte antes de responder negativamente».
Si te encuentras en una situación de angustia inmediata o estás pensando en hacerte daño, llama o envía un mensaje de texto al 988 Suicide & Crisis Lifeline o chatea en 988lifeline.org. Formas de reducir los niveles de estrés Adoptar hábitos saludables puede reducir significativamente los niveles de estrés y fomentar el bienestar general.
Entre ellos están:
- Prácticas de autocuidado: Practica una actividad física regular, prioriza el sueño reparador, mantén una dieta equilibrada e incorpora técnicas de relajación como la meditación de atención plena o ejercicios de respiración profunda.
- Apoyo social: Mantente en contacto con amigos, familiares o grupos de apoyo.
Tener una red de apoyo fiable puede proporcionar validación emocional y ayuda práctica en los momentos difíciles. - Estrategias Cognitivas: Aprende a identificar y cuestionar los patrones de pensamiento negativos que contribuyen al estrés.
Practica la autoconversación positiva, el fomento de la resiliencia y las habilidades de resolución de problemas para gestionar los factores estresantes con mayor eficacia. - Colaboración profesional: Colabora con profesionales sanitarios que puedan ofrecer una atención integrada, teniendo en cuenta tanto las necesidades de salud física como las de salud mental.
Este enfoque garantiza un plan de tratamiento integral que aborde todos los aspectos del bienestar.