Los Asesores de Paciente ayudan a eliminar las barreras para quienes padecen diabetes y otras enfermedades crónicas

Los Asesores de Paciente ayudan a eliminar las barreras para quienes padecen diabetes y otras enfermedades crónicas

Imagina que eres una persona mayor con diabetes, sin ingresos estables, sin derecho a seguro médico, atrasada en el pago del alquiler, sin poder pagar la medicación y sin comida en casa.

Si eso no te parece suficientemente complejo, imagina que esta anciana también carece de apoyo familiar y, en general, no comprende bien su estado médico, lo que está provocando el deterioro de su salud. Al equipo médico le preocupan sus elevados niveles de A1C, que indican que su diabetes no está controlada, lo que aumenta el riesgo de complicaciones.

Para los Asesores de Paciente de Open Door, estas situaciones son a menudo una realidad. El equipo, todos ellos bilingües, trabaja para ayudar a sus pacientes a gestionar y comprender mejor su situación médica. Educan a sus pacientes e intervienen cuando es necesario. Esto puede significar ayudarles a rellenar la documentación necesaria para programas como SNAP (Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria) o Medicare; encontrar recursos para conseguir alimentos, ropa o medicamentos sanos y asequibles; o ponerles en contacto con especialistas médicos. Los Asesores de Paciente actúan como hábiles navegantes del sistema sanitario que capacitan a las personas para acceder con confianza a la atención que necesitan, todo ello sin coste alguno para los pacientes.

«Realmente depende de lo que necesite el paciente», dice Jessica Saltos, que lleva casi una década trabajando en Asesor de Paciente y también está cursando un máster en Trabajo Social. «Queremos orientarles en la dirección correcta y reducir las barreras, que a menudo son sociales y económicas, que se interponen en su camino, para que puedan centrarse en la parte médica de su enfermedad».

Cambios en el estilo de vida

Muchos de los pacientes que acuden a Open Door son de origen hispano y traen consigo sus tradiciones alimentarias. Entre los alimentos que consume habitualmente la población de pacientes de Open Doorse encuentran el arroz, las tortillas de maíz, las frutas y las patatas. Para los que controlan la diabetes, un objetivo puede ser reducir la frecuencia o el volumen con que consumen sus alimentos favoritos, aumentando al mismo tiempo el consumo de verduras para ayudarles a controlar mejor los niveles de glucosa en sangre. Para quienes necesitan mejorar su estado médico, uno de los mayores problemas que oyen los Asesores de Paciente es la necesidad de comer alimentos «insípidos». Por ejemplo, para alguien que necesita bajar la tensión arterial, la cantidad de sal (sodio) utilizada al cocinar es un factor importante. Esto podría significar tener que sustituir el Adobo, el «Sazón» o los cubitos de condimento, por especias secas. El equipo de Open Door aborda estas conversaciones de promoción de la salud equilibrando las tradiciones, preferencias y necesidades de salud de cada paciente.

«Es una cuestión cultural», dice Saltos. «A algunos de nuestros pacientes les cuesta dejar de comer ciertas cosas, como tortillas. Empezamos diciéndoles que coman cuatro en vez de cinco, y seguimos a partir de ahí. Trabajamos para enseñarles a controlar las porciones en lugar de deshacernos de su comida favorita. Algunos, por ejemplo, no se dan cuenta de que el alcohol tiene mucho azúcar, lo que empeora su diabetes. Puede que no se lo digan a su médico».

«El problema es que la comida es cara, y el arroz blanco cuesta menos que el integral. Así que les ponemos en contacto con programas como La comida es medicina (antes conocido como Pulgar Verde) o con despensas locales donde pueden conseguir frutas y verduras y hay opciones más sanas y con menos sal.»

También es importante separar los mitos de los hechos.

«Muchos pacientes simplemente asocian el azúcar con los dulces, como algo que tienen que evitar», dice Yanira Padilla-Cruz, Directora Asociada de Coordinación Asistencial en Open Door. «O creen que sólo pueden comer verduras. Los Asesores de Paciente les explican la importancia de llevar un buen control vigilando las raciones, pero haciéndoles saber que aún pueden comer lo que les apetezca.»

También se trata de cambiar las percepciones. «A un paciente, su mujer le daba porciones enormes de comida porque pensaba que su marido trabajaba mucho y al final del día necesitaba la comida extra», explica Padilla-Cruz. «Su sensación era que si está ahí se la comerá porque no quiere desperdiciarla, mientras que su mujer piensa que si no la quiere, no se la comerá. Se trata de conseguir que trabajen juntos. Los Asesores de Paciente están ahí para escuchar, generar confianza y superar los retos para cambiar los resultados.»

Los pacientes aprecian el esfuerzo. César Tapia, de 85 años y residente en Port Chester, ha pasado casi 20 años como paciente en Open Door. Destaca a Saltos, su veterana Asesor de Paciente, por sus especiales elogios. «Estaré muy agradecido a Jessica hasta los últimos momentos de mi vida», dijo. «Está muy atenta a mis enfermedades y a mis operaciones, y programa mis citas con los especialistas. Nunca me ha dejado sola y me hace sentir segura. No tengo palabras para mostrar lo agradecido que estoy».